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En la zona rural de Ciudad Bolívar se encuentra el barrio Mochuelo Bajo, reconocido por estar ubicado al lado del relleno sanitario Doña Juana. Allí vive Sonía Osorio, recicladora de oficio, quien junto a su mamá y a la comunidad de la zona crearon la asociación de reciclaje Sinambore, primera organización consolidada en ese sector de la localidad 19.
Desde el año 2009, la organización comenzó con acciones de ruta selectiva de residuos inorgánicos (papel, cartón, plásticos etc..) en la vereda de Mochuelo Bajo y adoptó acciones patrimoniales de los abuelos de la zona, a través de la recolección de residuos orgánicos que durante generaciones familias campesinas los han aprovechado para utilizarlos en la agricultura y la ganadería.
La organización decidió acoger las costumbres de los mayores y creó algo que en un principio se llamaba la “ruta verde”; decidieron escribir proyectos para presentarlos en la convocatoria de la Alcaldía Local, y con la primera convocatoria que ganaron pudieron comprar canecas y contenedores para la recolección de los residuos orgánicos a través de rutas domiciliaras que contaban con ocho recicladores de oficio, los cuales durante tres años cubrían cinco sectores del mochuelo, con cinco rutas diferentes, beneficiando a 250 familias.
Para estas familias adaptarse a este modelo no fue complejo, pues años atrás el trabajo de sensibilización con la comunidad en temas de separación en la fuente de residuos inorgánicos había sido muy exitoso, tanto en términos de cultura ciudadana como en la notable reducción de residuos que se entregaban en las recolecciones que realizan los operadores de aseo de la ciudad.
“En el Mochuelo se fortaleció la ruta de lo inorgánico, tras esos años que llevamos de lo inorgánico ya se generó una periodicidad y la gente ya entendía la separación para entregarle al reciclador de oficio”, comenta Sonia Osorio, recicladora de oficio de la organización Sinambore.
“Nos tocó reforzar mucho, mostrar que nosotros, al estar tan cerca al relleno, al tener tanto los olores como los vectores, nosotros como vecinos, teníamos que generar el cambio, que cuando uno separa, baja la mitigación del impacto ambiental y también contribuye a que las familias que viven del reciclaje tengan esa sostenibilidad”, explica Sonia.
La recolección se realizaba los lunes, miércoles y viernes, y se recolectaban hasta 12 toneladas; antes se hacía a través de tracción humana, los residuos eran llevados a la planta de tratamiento, en la que se realiza todo el proceso de compostaje de forma manual para generar abono, el cual se utiliza para la recuperación de suelos de la zona rural que ha sido afectada por la extracción minera, el relleno sanitario, la expansión humana y los monocultivos de papa.
En la planta se trabajan dos técnicas de aprovechamiento: el apilamiento tradicional y la lombricultura.
La primera planta de tratamiento de residuos orgánicos de Bogotá.
Bogotá está comprometida con la reducción de residuos orgánicos e inorgánicos; diariamente al relleno sanitario llegan aproximadamente 6.400 toneladas de residuos de los cuales muchos son aprovechables, es por esto que la meta del Distrito es reducir el 10% de los residuos, de los cuales un 7% son orgánicos y un 3% inorgánicos.
La Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos- UAESP ha unido esfuerzos con la organización Sinambore con el fin de tecnificar y expandir la planta de tratamiento que la comunidad construyó, con recursos propios, en un predio en el que antes funcionaba una cancha de fútbol.
A principios del año 2021 tras varios comités con la UAESP y un proceso de un año y cuatro meses, la organización y el Distrito lograron firmar la segunda fase del proyecto el cual está a cargo de una empresa de ingeniería y de personal de control ambiental.
Se espera que en esta fase se adquiera una trituradora que se pueda mover con ayuda de la planta, para reducir el tamaño de los orgánicos y convertirlos en abono. Por eso, desde ya están realizando el registro ICA, para el registro de venta y comercialización de humus tradicional, humus solido (lombricultura) y humus líquido.
Además, se adquirirán motocargueros con el fin de ampliar el número de usuarios y pasar de 250 familias a 850 familias, e igualmente llegar a colegios y jardines de las veredas cercanas como Mochuelo Alto y zonas rurales como Quibas y Pasquilla
“Toda la disposición final de residuos llega a Doña Juana. Queremos cambiar ese modelo, que haya una descentralización de los sistemas de tratamiento de residuos, que podamos tener cerca de nuestras localidades, cerca de los puntos de generación lugares, para tratar los residuos orgánicos, eso tiene muchos beneficios”, afirmó Camilo Saldarriaga, coordinador de residuos orgánicos de la UAESP
Estos beneficios se verán en costos, en tarifas hacia los usuarios, a través de la producción de material limpio y de buena calidad, y beneficios en sensibilización hacia los ciudadanos. “Eso es lo que estamos buscando en esta administración, un plan ambicioso para tener 300 toneladas al día de residuos tratados fuera del relleno sanitario”, concluyó el funcionario.
La segunda planta de tratamiento se construirá en la localidad de Usaquén y desde ya se está trabajando con la comunidad, para la recolección optima de estos residuos. El plan de la actual Administración Distrital, es descentralizar los sistemas de tratamiento de residuos orgánicos y que progresivamente otras localidades puedan tener sus propias plantas de tratamientos de residuos.
Tomado de la Alcaldía de Bogotá.